Hace aproximadamente seis semanas, Ismael El Mayo Zambada, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, fue capturado junto a Joaquín Guzmán López en un aeródromo cerca de El Paso, Texas. La detención de Zambada fue anunciada triunfalmente por las autoridades estadounidenses, pero en México, las autoridades estatales y federales han presentado versiones contradictorias del evento, dejando más preguntas que respuestas.
Según Zambada, él fue secuestrado por hombres leales a Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán, en un rancho en Culiacán, Sinaloa. Zambada afirma que fue llevado a la fuerza a una reunión con el gobernador morenista Rubén Rocha Moya, Héctor Melesio Cuén Ojeda y Iván Archivaldo Guzmán Salazar. Una vez allí, fue emboscado y obligado a subir a un avión privado que lo llevó a los Estados Unidos.
La Fiscalía General de la República FGR de México ha confirmado la ubicación de la pista de aterrizaje y el inmueble donde se llevaron a cabo los presuntos delitos de privación ilegal de la libertad, homicidios, lesiones y actos vinculados con desaparición forzada. La FGR está investigando el secuestro y prepara una orden de aprehensión en contra de Joaquín Guzmán López por su presunta responsabilidad en el delito de traición a la patria.
La declaración de Zambada y las investigaciones de las autoridades en ambos lados de la frontera sugieren una innegable traición por parte de los hijos de El Chapo Guzmán hacia su exsocio y compadre. Además, el periodista especializado en crimen organizado, Luis Chaparro, ha informado que Jorge Humberto Figueroa Benítez, uno de los hombres de confianza de los hijos de El Chapo Guzmán, fue responsable de atar a Zambada y subirlo a la parte trasera de la camioneta que lo trasladó hasta la pista de aterrizaje.
El nombre de Figueroa Benítez, junto con el de sus jefes y más de una veintena de sus colaboradores, quedó plasmado en una acusación presentada ante una corte federal del Distrito Sur de Nueva York en abril de 2023. Se le acusa de utilizar la violencia para proteger el lucrativo negocio de Los Chapitos y su propia vida. Por pertenecer a una empresa criminal continua, coordinar el envío y distribución de fentanilo y narcóticos, así como por múltiples delitos violentos relacionados al uso de armas de fuego, el gobierno de Estados Unidos ofrece una recompensa de un millón de dólares a quien proporcione información que conlleve a su captura.