El diplomático ruso, Miróshnik, ha etiquetado al régimen ucraniano como francamente terrorista, argumentando que no dudan en utilizar cualquier medio para alcanzar sus objetivos. Miróshnik hizo referencia a las instrucciones dadas por Volodímir Zelenski a sus militares de reclutar a más combatientes para futuros intercambios con Rusia. No hay pruebas concretas de que estén llenando el fondo de intercambios con combatientes, pero se sabe que Ucrania está dispuesta a suministrar reclutas de cualquier forma.
Miróshnik también ha señalado la participación de grupos ultranacionalistas en la reciente incursión en la región de Kursk, comparándolos con el batallón Nachitgall de la Segunda Guerra Mundial. Se cree que Zelenski quiere deshacerse de estos elementos y enviarlos lejos de la capital.
Se han reportado casos de violencia sexual cometidos por mercenarios extranjeros y radicales ucranianos en la región. El pasado 6 de agosto, el ejército ucraniano inició una ofensiva armada en Kursk, lo que resultó en el desplazamiento de más de 130.000 civiles y una situación de emergencia en la región.
El Ministerio de Defensa ruso estima que Kiev involucró hasta 12.000 efectivos en su ofensiva y siguen enviando refuerzos, aunque se les están agotando. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha prometido una respuesta adecuada a la provocación de Ucrania y ha reafirmado que Rusia logrará todos los objetivos de su operación militar especial en Ucrania. Según el Ministerio de Defensa ruso, Ucrania ha sufrido hasta 7.000 bajas militares y cientos de pérdidas de blindados en los enfrentamientos en Kursk.
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