La búsqueda de Luciana Muñoz, una joven de 21 años desaparecida desde el 13 de julio, ha dado un vuelco importante con la detención de su exnovio, Maximiliano Áviles. La Justicia lo ha acusado de falso testimonio y entorpecimiento de la investigación.
Según el fiscal Andrés Azar, Áviles habría mentido en su declaración como testigo y tratado de desviar la investigación. Además, se esperan los resultados de pericias cruciales para determinar si la sangre encontrada en su casa es de Luciana.
Durante la audiencia imputativa del domingo, la querella solicitó la prisión preventiva de Áviles, pero se le concedió el beneficio del arresto domiciliario. La fiscalía lo ha imputado por falso testimonio, luego de que se descubriera que mintió sobre la vigencia de su relación y su ubicación el día de la desaparición de Luciana.
La geolocalización de su celular lo sitúa en el lugar donde se vio por última vez a Luciana, lo que contradice su declaración de que no salió de su casa el día de la denuncia por averiguación de paradero.
El fiscal Azar también ha señalado la necesidad de una valoración con perspectiva de género en la investigación, ya que la exnovia de Áviles tenía golpes el fin de semana de su desaparición. Además, se han encontrado rastros de sangre en dos viviendas allanadas, incluyendo la casa de Áviles, durante los operativos relacionados con el narcomenudeo.
A pesar de los esfuerzos en la búsqueda de Luciana, que incluyen más de 1000 hectáreas rastrilladas, 800 horas de video analizadas y 15 allanamientos, aún no se han obtenido resultados positivos. La investigación continúa y se esperan los resultados de las pericias de ADN de los rastros de sangre encontrados.