La enfermedad de Alzheimer y otras demencias relacionadas con la edad se han convertido en un problema mundial preocupante, con una prevalencia estimada de 35-40 millones de personas en la actualidad. Según Serguéi Ilarioshkin, investigador y analista, se espera que este número se duplique para 2035 y se cuadruplique para 2050, lo que significa que habrá alrededor de 120-150 millones de personas afectadas en todo el mundo.
Ilarioshkin señala que no existen tratamientos farmacológicos efectivos para el envejecimiento cerebral y que es fundamental mantener el cerebro activo y saludable. El ejercicio físico y el cognitivo son cruciales para proteger el cerebro y mantenerlo en óptimas condiciones. El cerebro es un sistema complejo que requiere un intercambio constante de energía y debe mantenerse activo, similar a un automóvil que necesita ser utilizado regularmente para mantenerse en buen estado.
Para ejercitar el cerebro, Ilarioshkin recomienda actividades como estudiar idiomas extranjeros, leer libros desafiantes, tocar instrumentos musicales, hacer crucigramas y recitar poesía. Los textos deben ser complejos y ricos en experiencias y pensamientos, lo que ayudará a estimular el cerebro y mantenerlo activo.
Además de mantener el cerebro activo, Ilarioshkin destaca la importancia de un sueño nocturno saludable y suficiente, así como la necesidad de controlar los factores de riesgo relacionados con la edad, como la tensión arterial y el estado del corazón y los órganos internos.
El cuidado de la salud cognitiva es igualmente importante que el neurológico o físico, y dedicar tiempo a uno mismo y a las aficiones puede prevenir problemas de salud cognitiva y depresión. Por lo tanto, es esencial tener un trabajo gratificante y un círculo social agradable, especialmente para las personas mayores.
En resumen, mantener el cerebro activo y saludable es clave para prevenir la enfermedad de Alzheimer y otras demencias relacionadas con la edad. El ejercicio físico y cognitivo, un sueño saludable y suficiente, y la atención a los factores de riesgo relacionados con la edad son cruciales para mantener el cerebro joven y saludable a medida que envejecemos.