Los jueces y magistrados del Poder Judicial de la Federación de México se han unido a la suspensión de labores a nivel nacional, la cual comenzó el miércoles 21 de agosto, en protesta a la reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Esta acción ha llevado a la interrupción de funciones en diversas dependencias, incluyendo plenos regionales, tribunales colegiados de circuito, juzgados de distrito, tribunales laborales federales, entre otros.
Las consecuencias de este paro incluyen la suspensión de trámites en asuntos jurisdiccionales, la postergación de audiencias y procesos, y una acumulación de casos una vez que los juzgadores retomen sus labores. Sin embargo, algunos casos urgentes seguirán siendo atendidos, como determinaciones en materia de extradición, gestiones previas a la inminente compurgación de la pena, y decisiones que impliquen peligro a la vida o a la integridad de las personas.
Es importante mencionar que los jueces y magistrados desempeñan funciones cruciales en el sistema judicial mexicano. Los jueces son responsables de resolver casos con implicaciones nacionales o que afecten a las autoridades federales, administrar justicia, interpretar la ley, proteger los derechos humanos, y ejercer control de constitucionalidad, entre otras tareas. Por su parte, los magistrados imparten justicia y formulan sentencias, solucionan querellas de orden federal o estatal entre particulares, garantizan el respeto a los derechos humanos, y aseguran que los delitos se persigan, entre otras funciones.
La reforma judicial propuesta por el presidente López Obrador ha generado controversia y preocupación entre los jueces y magistrados, lo que ha llevado a esta medida de protesta sin precedentes. La situación sigue siendo monitoreada de cerca por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Consejo de la Judicatura Federal.