Hoy se cumplen 13 años del trágico asesinato de Candela Sol Rodríguez, una niña de 11 años que fue secuestrada en Villa Tesei, Hurlingham. Su desaparición en agosto de 2011 conmocionó al país y desató una búsqueda frenética que involucró a miles de personas y fuerzas de seguridad.
Candela vivía con su madre, Carola Labrador, mientras su padre, Alfredo Rodríguez, cumplía una condena por delitos relacionados con el robo de mercadería. El día de su secuestro, Candela esperaba a sus amigas del grupo de Scouts en una esquina cuando fue atacada por al menos tres personas y forzada a subir a una camioneta negra. Fue llevada a una casa en Loma Hermosa, partido de Tres de Febrero, donde fue mantenida cautiva y sometida a terribles vejaciones.
La desaparición de Candela generó una ola de solidaridad y esperanza en su búsqueda, con marchas y movilizaciones en su barrio y recompensas ofrecidas por la policía. Sin embargo, el 31 de agosto de 2011, se confirmó lo peor: el cuerpo de Candela fue encontrado en una bolsa de consorcio, abandonado entre la basura en Villa Tesei. Había sido abusada y asfixiada.
La investigación del caso estuvo plagada de irregularidades y señalamientos hacia su padre, quien estaba en prisión en ese momento. Se sospechaba que el secuestro y asesinato de Candela fueron una venganza dirigida contra su padre. Después de varios allanamientos y testimoniales, la policía detuvo a varios sospechosos, entre ellos Hugo Bermúdez, Guillermo López, Fabián Gómez, y Leonardo Jara, quienes fueron acusados de participar en el secuestro y asesinato de Candela.
En 2017, Bermúdez y Jara fueron condenados a cadena perpetua, mientras que Gómez recibió una sentencia de cuatro años como partícipe secundario. Sin embargo, la investigación también apuntó hacia Miguel Ángel Mameluco Villalba, un reconocido narcotraficante que era sospechoso de ser el autor intelectual del crimen. A pesar de que Villalba fue condenado por liderar una organización narcotraficante en 2017, no se encontraron pruebas concluyentes que lo vincularan directamente con el asesinato de Candela. En mayo de 2024, el Tribunal Oral N° 6 de Morón absolvió a Villalba y a los otros tres acusados de ser los autores intelectuales del crimen, cerrando otro capítulo doloroso para la familia de Candela.