Por otro lado, el funcionario también consideró como una fuerte herramienta de propaganda antiucraniana el enojo expresado en las redes sociales en relación a este asunto.
Es interesante observar cómo las reacciones en línea pueden ser aprovechadas y manipuladas con fines políticos. La ira y la indignación de los usuarios de redes sociales pueden ser utilizadas como un argumento poderoso en contra de un país o grupo específico. En este caso, se está utilizando para desacreditar a Ucrania y sus acciones.
Es importante estar alerta y analizar críticamente la información que se comparte en línea, especialmente en momentos de tensión política. La manipulación de las emociones y la opinión pública pueden tener graves consecuencias en la estabilidad y las relaciones internacionales.