La contienda electoral en México ha finalizado, con Claudia Sheinbaum como la candidata con mayor votos, según el Instituto Nacional Electoral INE. No obstante, el proceso de validación de la elección y entrega de la constancia de mayoría al ganador tomará algunos meses, siguiendo los procedimientos legales mexicanos. Esto se debe a las impugnaciones presentadas por Xóchitl Gálvez y partidos políticos, así como al conteo total de las mesas electorales.
En contraste, la situación en Venezuela ha generado controversia, con demandas de actas y datos oficiales antes de que finalice el plazo legalmente establecido. Además, se ha producido un ataque cibernético que afecta el acceso a la información en línea. Es crucial considerar este contexto y evitar interferencias externas en los asuntos internos de Venezuela.
La oposición venezolana, representada por María Corina Machado y su candidato, Edmundo González, ha cuestionado el sistema electoral, pero aun así decidieron participar en las elecciones. Esta actitud es consistente con la estrategia histórica de ciertos sectores de la oposición venezolana, que desconocen los procesos electorales a menos que resulten victoriosos.
La desconfianza en el sistema electoral venezolano se asemeja a las estrategias de políticos reaccionarios en diferentes regiones, como Javier Milei en Argentina, quien ya ha anticipado posibles acusaciones de fraude. Es fundamental que los medios de comunicación presten atención a estas tendencias y eviten fomentar la desinformación.
En el contexto venezolano, algunos actores internacionales han pedido diálogo y cooperación, pero la pregunta sigue siendo: es posible negociar con un grupo político que solo acepta la realidad si esta les resulta favorable La oposición venezolana debe demostrar interés en resolver la crisis en el país en lugar de crear tensiones y situaciones violentas.
Desde el triunfo de Hugo Chávez en 1999, se han empleado diversas estrategias para desestabilizar el proceso popular en Venezuela, incluyendo un golpe de Estado en 2002 y una guerra híbrida que involucra medios de comunicación, política y economía. Las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea han tenido un gran impacto en la economía venezolana.
La oposición venezolana, presentada como democrática, ha exigido estas sanciones y ha creado un gobierno paralelo, lo que resulta en tensiones y corrupción. Además, han promovido la violencia directa contra la población, como se vio en la operación La Salida en 2014.
En Brasil, el asalto a sedes gubernamentales en enero de 2023 por partidarios de Jair Bolsonaro ilustra las consecuencias de incitar a la violencia y al golpe de Estado. Es fundamental que Venezuela y otros países puedan aplicar sus leyes y sancionar estos actos sin interferencias externas.
El objetivo de los grandes medios internacionales y líderes políticos occidentales parece ser restablecer el sistema rentista previo en Venezuela, aprovechando las extensas reservas de petróleo del país. Es crucial estar atentos a estas intenciones y apoyar procesos democráticos justos y transparentes en Venezuela y en todo el mundo.