En la localidad de Junín, provincia de Buenos Aires, una osada banda de delincuentes llevó a cabo un robo sorprendente. Contrataron un servicio de flete para vaciar una casa, confiando en que el propietario se encontraba ausente. El fletero, un hombre local llamado Emanuel, recibió una solicitud para una mudanza aparentemente normal. La mujer que lo contactó aseguró que los muebles provenían de una donación por parte del dueño de la casa.
Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado cuando el propietario, quien trabajaba en las afueras de la ciudad, regresó a su hogar en calle Pringles, cerca de la Escuela 12. Los vecinos, alertados por la actividad sospechosa, habían notificado al dueño de la casa. Al llegar, el propietario enfureció al ver su hogar desvalijado y forzó a la banda de ladrones a huir.
Emanuel, encontrándose en una situación complicada, intentó justificarse alegando que solo estaba cumpliendo con su trabajo. Sin embargo, la policía intervino para aclarar el robo y Emanuel quedó sin realizar el viaje, sin recibir pago y casi involucrado en problemas legales. La historia de este insólito robo deja en claro que las apariencias en ocasiones pueden ser engañosas y que la audacia de los delincuentes no siempre resulta en éxito.