En la localidad de Santa Clara del Mar, a 16 kilómetros de Mar del Plata, Juan Carlos Galarregui, principal sospechoso del asesinato de Rocío Fernández, intentó evitar a la policía en una terminal de micros presentando un documento de identidad falso. Fernández había desaparecido hace cuatro días y su familia, preocupada por no tener noticias suyas, había iniciado una campaña de búsqueda en redes sociales.
La última vez que se supo de Fernández fue cuando salió de su casa para tomar un remís e ir a casa de un amigo en Punta Mogotes. Posteriormente, tomó otro remís para regresar a su hogar. Sin embargo, nunca llegó a su destino y su familia denunció su desaparición.
Galarregui fue detenido cuando intentaba huir en una terminal de micros en Santa Clara del Mar. La policía lo identificó gracias a sus tatuajes y otras características físicas, a pesar de que presentó un documento falso.
El cuerpo de Fernández fue encontrado en una heladera en el patio trasero de una vivienda en el barrio 9 de Julio. La policía llegó al lugar luego de un entrecruzamiento de llamadas y, al ingresar a la casa, Galarregui escapó y es buscado intensamente por los efectivos.
La familia de Fernández identificó su cuerpo por los tatuajes y, luego de la detención de Galarregui, fue trasladado a Tribunales para ser indagado por el fiscal Fernando Berlingeri, quien caratuló la causa como femicidio.