Nicolás Maduro, actual presidente de Venezuela, se encuentra más deslegitimado que nunca debido a su intento de robarse las elecciones presidenciales del 28 de julio. Tras ser descubierto, Maduro ha respondido con amenazas e improperios contra sus opositores, a la vez que ha desatado una represión que ha causado la muerte de 25 personas y ha llevado a prisión a más de 2.000 ciudadanos, en su mayoría jóvenes de estratos populares que han participado en las manifestaciones en contra del gobierno.
Entre los líderes opositores más destacados se encuentran María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, este último declarado ganador de las elecciones según el 80% de las actas electorales divulgadas por la Mesa de Unidad Democrática MUD. Machado y González Urrutia encabezan enormes marchas y exigen que la comunidad internacional apoye el deseo de más de dos terceras partes del pueblo venezolano de un cambio de gobierno.
Mientras tanto, Maduro se niega a dejar el poder y se basa en el resultado muy discutido del Consejo Nacional Electoral CNE, que le da el triunfo con el 51% de los votos frente al 44% de González Urrutia. Sin embargo, el CNE se ha negado a publicar las actas de las mesas de votación, lo que ha generado dudas sobre la veracidad de los resultados.
La situación en Venezuela está comenzando a afectar a los aliados de Maduro, como los presidentes de México, Colombia y Brasil, Andrés López Obrador, Gustavo Petro y Lula da Silva. En particular, Petro y Lula han visto disminuir su aprobación en las encuestas debido a su postura tibia frente a las violaciones a las reglas electorales y a los derechos humanos en Venezuela.
Por otro lado, el presidente chileno Gabriel Boric ha visto aumentar su aprobación en las encuestas después de tomar una postura más severa hacia Maduro y cuestionar los resultados electorales en Venezuela.
La negativa de Maduro a entregar el poder y su represión contra los opositores han llevado a que solo unos pocos países, como Rusia, China, Irán, Siria y Nicaragua, hayan reconocido su victoria en las elecciones. Colombia y Brasil se han negado a hacerlo, lo que es una victoria para la oposición.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido a Lula que ayude en una salida negociada en Venezuela que pase por una verificación internacional creíble de la totalidad de las actas. Macron y Lula han expresado su apoyo a la aspiración del pueblo venezolano a una elección transparente.
Petro y Lula han dejado saber que trabajan por una negociación entre el régimen y la oposición, pero las posturas de ambas partes están muy alejadas. La oposición tiene en su poder más del 80% de las actas y ha pedido que un grupo de verificadores internacionales, independientes y creíbles haga una revisión integral de las actas.
A pesar de las declaraciones amenazantes de Maduro y de las posturas agresivas de Diosdado Cabello, número dos del PSUV, el partido chavista, el régimen está preocupado por haber perdido la batalla de la opinión y la credibilidad internacional. El gran temor de Maduro es perder el apoyo de los militares, por lo que María Corina Machado ha hecho un llamado a los uniformados a no respaldar el fraude.