La deuda global de los gobiernos ha superado los 91 billones de dólares, una cifra récord que se asemeja al tamaño de la economía mundial. A pesar de las advertencias de los analistas y del Fondo Monetario Internacional FMI sobre una crisis de deuda inminente, los políticos han ignorado el problema durante las recientes elecciones en todo el mundo.
La crisis financiera que se vivió el 5 de agosto ha despertado las alarmas y ha llevado a muchos a evaluar las causas de la crisis y cómo las políticas gubernamentales contribuyen al caos actual. La crisis de la deuda se produce cuando el monto total de la deuda es tan grande que el Estado no puede atender el pago de los intereses o la devolución de los capitales prestados.
La pandemia de Covid de 2020 llevó a la mayoría de los gobiernos a emitir dinero sin respaldo y a endeudarse a gran escala, lo que resultó en una inflación y devaluación de las monedas fiduciarias. Esto, a su vez, obligó a subir las tasas de interés, lo que complicó aún más el problema de la deuda.
La dinámica de la deuda se ha mantenido benigna durante mucho tiempo, ya que las tasas de interés reales eran significativamente inferiores a las tasas de crecimiento, lo que redujo la presión para la consolidación fiscal y permitió que los déficits y la deuda pública aumentaran. Sin embargo, durante la pandemia, la deuda aumentó aún más a medida que los gobiernos implementaban grandes paquetes de apoyo de emergencia.
El FMI ha advertido sobre la necesidad de abordar urgentemente los déficits fiscales crónicos de Estados Unidos y ha recomendado una acción fiscal decisiva y creíble para reducir el gasto fiscal y manejarlo con mayor eficiencia. El Banco Mundial también ha observado un mayor intervencionismo de los gobiernos y un incremento sustancial del gasto público.
La actitud de los políticos ha ido en contra de las recomendaciones, al no hablar sobre aumentos de impuestos y recortes de gastos necesarios. A pesar de la creciente alarma por la acumulación de deuda del gobierno estadounidense, ni los demócratas ni Donald Trump prometen disciplina fiscal antes de las elecciones.
La situación es preocupante, ya que las cargas de la deuda han crecido tanto que ahora se han convertido en una amenaza creciente para los niveles de vida en las economías más ricas, como la de Estados Unidos. Los inversionistas dudan de la voluntad de los gobiernos de pagar su deuda y temen que una disfunción política pueda perturbar rápidamente los mercados financieros.
En este contexto, la filosofía apolítica y descentralizada que da soporte a la moneda digital bitcoin emerge como una opción. A medida que los gobiernos continúan ignorando el problema de la deuda, la aplicación del estándar bitcoin podría ser cada vez más necesaria.