SAN SEBASTIÁN, 6 de Agosto. EUROPA PRESS - Un individuo, dueño de un local nocturno en Aduna, Gipuzkoa, ha sido puesto en libertad bajo fianza, a la espera de juicio, después de que la Policía Nacional liberara a 18 mujeres que estaban siendo objeto de explotación sexual. La operación, llevada a cabo por investigadores de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de San Sebastián, también involucra a la pareja sentimental del sospechoso, quien también es investigada por delitos contra los derechos de los trabajadores y relativos a la prostitución.
La investigación comenzó a mediados de junio, cuando, durante una inspección policial, se detectaron posibles delitos de prostitución y explotación sexual en el club nocturno. Los agentes encontraron a quince personas en el local, entre ellas once mujeres ejerciendo la prostitución, dos trabajadores y dos clientes.
Durante la operación, los policías descubrieron una carpeta con anotaciones sobre los servicios de las mujeres, cada una identificada con un alias. Tras sospechar que estas trabajadoras pudieran estar siendo explotadas, los investigadores se entrevistaron con ellas de forma confidencial. Las mujeres informaron que el club estaba abierto las 24 horas del día y que para poder trabajar allí tenían que alquilar una plaza por un mínimo de 21 días, durante los cuales tenían que pagar 20 euros por jornada. Además, debían pagar 10 euros por cada servicio de media hora y 20 euros por los servicios de una hora.
Algunas de las mujeres ampliaron sus declaraciones y denunciaron más delitos, por lo que fueron convocadas a la comisaría para ser interrogadas en profundidad. Dos de ellas recibieron el estatus de testigo protegido por temor a represalias. Una de ellas afirmó haber tenido que mantener relaciones sexuales con el sospechoso por miedo a ser expulsada. Otra mujer declaró que el dueño la obligaba a mantener relaciones sexuales y que, al negarse, fue despedida.
Además, se descubrió que el consumo de drogas era habitual en el club. Cuando un cliente quería consumir drogas, la mujer con la que se encontraba solicitaba una dosis a los camareros a través de una llamada interna. La transacción se llevaba a cabo en una habitación concreta.
Tras la autorización judicial, el pasado 24 de julio se llevó a cabo un registro en el local, donde se incautaron 75 gramos de cocaína, más de 26.000 euros en efectivo, así como numerosas libretas y cuadernos con anotaciones sobre los servicios sexuales de las chicas y sus horarios. Posteriormente, se procedió a la detención del dueño del local y a la imputación de su pareja por estos hechos.