El luchador chileno de origen cubano, Yasmani Acosta, ha triunfado en las semifinales de lucha grecorromana en la categoría de 130 kilos, derrotando al luchador chino Lingzhe Meng. Esta victoria le ha otorgado a Acosta la clasificación a la final de la competencia, donde se enfrentará al cubano Mijaín López.
Acosta, nacido en Cuba, decidió mudarse a Chile hace aproximadamente una década, cuando el país le ofreció la nacionalidad por gracia para competir representando a Chile en busca de una medalla olímpica. La principal motivación de Acosta para representar a Chile es su rival de mañana, Mijaín López, quien es también cubano y una leyenda de la lucha grecorromana y de los Juegos Olímpicos.
López ha ganado el oro en Beijing 2008, Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020, y nunca ha cedido puntos en ninguna de las finales. Para Acosta, competir en el extranjero representa una oportunidad de ganar dinero para su familia, ya que venden sus buzos y ropa, ya que a la gente le atraen las cosas de Cuba.
Acosta y López entrenaban juntos hasta 2015, pero Acosta decidió quedarse en Chile con el objetivo de competir bajo el Team Chile. La norma en los Juegos Olímpicos es clara, solo se permite un luchador por país, y la presencia de López hacía casi imposible que Acosta pudiera competir en alguna competencia.
En Tokio 2020, por fin coincidieron en una gran competencia, pero Acosta perdió en semifinales y luego en la definición por medallas, por lo que no pudieron enfrentarse. López expresó su decepción por la oportunidad perdida por Acosta y cree que será un recordatorio para él toda su vida. Sin embargo, López también cree que Acosta tiene posibilidades en futuras competencias, ya que tiene el biotipo, el tamaño y la fuerza, solo necesita creérselo.