Imagina no poder tomar un café por la mañana sin ayuda o tener dificultad para preparar tu desayuno. Esto es el día a día de las personas con Parkinson, quienes luchan contra movimientos involuntarios, trastornos mentales y del sueño, dolor y otros problemas de salud. La enfermedad de Parkinson es un trastorno cerebral que causa temblores, lentitud en los movimientos, rigidez muscular, problemas de postura o equilibrio y dificultad para hablar.
La enfermedad de Parkinson afecta a más de 8.5 millones de personas en todo el mundo, según la OMS. Las causas de la enfermedad siguen siendo desconocidas, pero se sabe que está relacionada con la pérdida progresiva de células nerviosas en el cerebro que producen dopamina, un neurotransmisor que regula los movimientos.
La cirugía de estimulación profunda es una opción para aquellos que no responden al tratamiento farmacológico. Esta cirugía consiste en la implantación de electrodos en el cerebro y un generador de corriente que se comunica con los electrodos. El neurocirujano funcional, René Varela, explica que los pacientes son seleccionados por un equipo multidisciplinario y que el objetivo es que los pacientes y sus familias puedan disfrutar nuevamente de las pequeñas y grandes cosas de la vida cotidiana.
La cirugía de estimulación profunda permite a los pacientes recuperar la funcionalidad perdida y volver a realizar actividades cotidianas como cocinar, trabajar y tener una vida familiar activa. Esta cirugía ofrece una nueva oportunidad a aquellos que se enfrentan a los desafíos diarios de esta enfermedad neurodegenerativa.