Tras una nueva erupción del volcán Etna en Sicilia, Italia, el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología elevó el nivel de alerta aeronáutico al código rojo. Como medida de precaución, el aeropuerto de Catania limitó temporalmente el número de vuelos de llegada a seis por hora y cerró una sección del área del puerto aéreo. Sin embargo, posteriormente se levantaron casi todas las restricciones.
El volcán, ubicado en la costa oriental de Sicilia, es conocido por ser el que más se activa en Europa, con más de 200 cráteres. Cuando uno de ellos entra en erupción, la ceniza volcánica negra se esparce sobre Catania y otras ciudades cercanas. Afortunadamente, la lava no ha alcanzado a las poblaciones vecinas desde principios del siglo XIX, a pesar de la frecuente actividad del volcán.
Las autoridades de Giarre, uno de los municipios más afectados por la erupción, han solicitado a los conductores que reduzcan la velocidad en las carreteras para prevenir accidentes debido a la caída de ceniza y rocas.
En esta ocasión, el Etna ha vuelto a despertar, brindándonos espectaculares imágenes de lava, vapor y cenizas emergiendo de uno de sus cráteres.