La trágica muerte del joven Franco Russo en Zárate, provincia de Buenos Aires, donde fue baleado por un vecino, es el resultado de una disputa vecinal que involucra a un carnicero y su hijo, un mago infantil. Nicolás Pereyra, de 30 años y conocido como El Mago Julián, es el principal sospechoso del crimen, según las investigaciones. Su padre, Miguel Ángel, de 67 años, es un carnicero muy querido en la comunidad y ha trabajado en el barrio durante más de 30 años.
La tensión entre Franco y Nicolás había aumentado en las semanas previas al asesinato, y se cree que ambos se habían citado para resolver sus diferencias a través de una pelea. En el video de la cámara de seguridad, se puede ver a Miguel Ángel y Nicolás estacionando su auto frente a la casa de Franco, quien los esperaba en la vereda. Franco golpeó a Miguel Ángel, quien cayó al suelo y quedó inconsciente. Después, Franco y Nicolás comenzaron a pelear, pero la pelea no fue captada por la cámara. Cuando volvieron a aparecer en la imagen, Franco intentó atacar a Nicolás, pero este sacó un arma y le disparó cuatro veces.
Un vecino que pasaba en bicicleta fue testigo del crimen y arrojó un candado al auto de los Pereyra, rompiendo la luneta. Franco intentó cubrirse la herida de bala en el pecho con su mano y cayó al suelo. Los Pereyra huyeron del lugar en su auto, mientras que el vecino intentó asistir a Franco y llamó al 911.
La policía llegó al lugar y decidió llevar a Franco al hospital en su patrulla, ya que la ambulancia tardaba en llegar. Sin embargo, Franco murió durante el traslado, a pesar de los intentos de reanimación cardiopulmonar. Miguel Ángel se entregó a la policía más tarde ese día, y su hijo fue detenido en un allanamiento. Sin embargo, la policía aún no ha podido encontrar el arma homicida.
Este trágico incidente ha dejado a la comunidad de Zárate conmocionada y exige justicia por Franco Russo. La investigación continúa y se espera que se haga justicia pronto.