Después de décadas esquivando a la justicia, Ismael El Mayo Zambada, el narcotraficante más buscado de México y Estados Unidos, fue finalmente capturado el 25 de julio. Su arresto marca el final de una era para el Cártel de Sinaloa y ha dejado un vacío de liderazgo en la organización criminal.
Zambada, también conocido como el Señor del Sombrero, ha sido acusado en cinco distritos de los Estados Unidos, incluyendo Nueva York, Columbia, Illinois, Texas y California. Se le acusa de pertenecer a una empresa criminal continua desde 1989 y de cargos relacionados con el tráfico de cocaína, marihuana, heroína, metanfetaminas y fentanilo, posesión de armas de fuego y lavado de dinero.
El narcotraficante de 73 años fue arrestado en El Paso junto a Joaquín Guzmán López y será presentado en primera instancia en Texas por los cargos en su contra. En su primera audiencia, Zambada se declaró no culpable y fue encarcelado preventivamente. Su siguiente audiencia fue programada para el 31 de julio, pero el capo sinaloense decidió no estar presente.
La jueza Anne Berton negó la fianza a Zambada y ordenó su traslado a una prisión en donde permanecerá aislado en la medida de lo posible. El narcotraficante tendrá que comparecer nuevamente en persona el primero de agosto de 2024 en una audiencia procedimental con miras al juicio en su contra.
Zambada se enfrenta a cargos en Texas desde abril de 2012, incluyendo conspiración para poseer e importar más de cinco kilogramos de cocaína y una tonelada de marihuana, conspiración para cometer lavado de dinero y portar armas de fuego con el fin de cometer delitos de narcotráfico. También se le acusa de cometer asesinato en beneficio de una empresa criminal continua de tráfico de drogas, de participar en actividades para promover el narcotráfico y por conspiración para secuestrar y matar en un país extranjero.
El propósito del Cártel de Sinaloa es contrabandear grandes cantidades de marihuana y cocaína, así como otras drogas, a Estados Unidos para su distribución. Las ganancias blanqueadas de las actividades del narcotráfico se devuelven a los miembros del cártel y se utilizan en parte para comprar propiedades relacionadas con el funcionamiento diario del cártel, incluidos bienes raíces, armas de fuego, municiones, chalecos antibalas, radios, teléfonos, uniformes y vehículos.
Además de los cargos formales, el documento judicial señala a Zambada de financiar a grupos criminales que operaban en Ciudad Juárez -como Gente Nueva y Los Artistas Asesinos- para que, a través de secuestros, torturas y asesinatos, mantuvieran la plaza bajo el control del Cártel de Sinaloa durante la primera década de los 2000s.