La Avenida Bolívar de Caracas presenta un panorama desolador tras el presunto fraude electoral denunciado por la oposición en los recientes comicios presidenciales. Nicolás Maduro habría obtenido más de 5 millones de votos, superando al candidato democrático Edmundo González Urrutia, según Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral.
La ciudad amaneció en un silencio tenso, y a mediodía, se escucharon fuertes cacerolazos en diversos barrios y zonas exclusivas, demostrando que el apoyo al gobierno ya no es exclusivo de los barrios, como se solía pensar.
Un recorrido de El Nacional de oeste a este por la mañana reveló que la desilusión no se correspondía con la celebración que se esperaría después de una elección democrática de un mandatario supuestamente popular. En la populosa parroquia Sucre de Caracas, ciudadanos quemaron neumáticos y troncos de árboles en la avenida principal, cerca del Palacio de Miraflores, en protesta por los resultados anunciados por Elvis Amoroso.
Un hombre que prefirió no dar su nombre declaró a El Nacional que le habían robado las elecciones. Votó en la parroquia 23 de Enero, controlada por colectivos chavistas, y mostró su descontento con el resultado.
En la céntrica Plaza Sucre de Catia, un ciudadano expresó su tristeza por la situación del país y declaró que no estaba convencido con los resultados. Otro ciudadano, por el contrario, se mostró complacido con los resultados y dijo que no era su papel dudar de las cifras.
En la Plaza Venezuela y la Fuente de Plaza Venezuela, la situación era similar, con una tensa calma y poca actividad comercial.
Mientras el fiscal general de la República, Tarek William Saab, afirmaba que el país estaba en fiesta por la jornada electoral, la tensa calma se extendía hacia Petare, el barrio más grande de Venezuela, donde el chavismo solía conseguir triunfos en los procesos electorales. Sin embargo, el descontento y la impopularidad del gobernante llevaron a los ciudadanos a bajar de los cerros a protestar.
En Caracas, cientos de ciudadanos salieron a las calles a protestar de forma espontánea, sin llamados de los dirigentes de oposición. La Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana detuvieron a varias de las personas que reclamaban por el fraude, y las manifestaciones fueron reprimidas.
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