La trayectoria del proyectil involucrado en el trágico suceso que tuvo lugar el pasado 27 de abril en las cercanías de Cañete, región de la Araucanía, siguiendo un patrón desde atrás hacia adelante, de abajo hacia arriba y con un leve giro de derecha a izquierda, fue un factor clave en el informe de autopsia de uno de los tres carabineros fallecidos. Este hallazgo, junto con otras pruebas, llevó a la conclusión de que los oficiales fueron ejecutados de rodillas y con disparos en la espalda.
El informe policial también reveló que el ataque fue el resultado de una planificación cuidadosa, ya que los cuatro sospechosos tenían conocimiento previo de la presencia de los sargentos Carlos Cisterna, Sergio Arévalo y Misael Vidal en el lugar, relacionada con el cumplimiento de una medida cautelar de arresto domiciliario de Carlos Antihuen Riquelme, tío de los hermanos Antihuen Santi, quienes están implicados en el caso.
Además, un testigo declaró haber visto un video en el que los carabineros se encontraban arrodillados, suplicando por sus vidas y pidiendo que se les permitiera regresar a sus hogares para ver a sus familias, mientras eran despojados de sus chalecos antibalas. El grupo total involucrado en el crimen habría incluido entre 4 o 5 personas, incluyendo una mujer.
La investigación también sugirió que el motivo del asesinato pudo haber sido una rencilla previa en la que los oficiales habrían estado involucrados, aunque los detalles de este conflicto siguen sin ser esclarecidos.
En resumen, este trágico evento ha dejado una profunda tristeza en la comunidad y ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar los problemas subyacentes que llevaron a su ocurrencia. La justicia debe seguir su curso y se deben tomar medidas para garantizar la seguridad de los oficiales y la comunidad en general.