Durante las elecciones en Caracas, diversas situaciones generaron preocupación y controversia. Al cierre de los centros de votación, algunos ciudadanos se concentraron frente a varias instituciones para exigir su participación en la verificación ciudadana, con el fin de salvaguardar el proceso electoral. Sin embargo, en ciertos centros de votación se observaron actos de intimidación por parte de colectivos hacia la ciudadanía, interrupciones en la transmisión de datos y protestas para demandar derechos políticos.
Un ejemplo alarmante ocurrió en el Liceo Andrés Bello, donde cientos de personas aguardaban para ingresar y verificar, pero un grupo de funcionarios policiales cerraron las puertas mientras se intentaba negociar con la multitud. Anteriormente, un grupo de colectivos había atacado a los ciudadanos, quienes respondieron con improperios. Un gran número de motociclistas, aproximadamente 200, llegó a la institución, liderados por alguien conocido con el apodo gallo pinto, utilizado por el presidente Nicolás Maduro durante su campaña. La turba, armada con banderas, agredió a una oficial de policía y a un niño. Una testigo afirmó que el objetivo era infundir miedo.
En la Unidad Educativa Miguel Antonio Caro, a pesar de la falta de electores en cola, los ciudadanos se mantuvieron en el lugar después de las 6:00 pm, esperando la revisión de votos. Sin embargo, los motorizados perturbaron el orden público, golpeando a personas e hiriendo a una joven en el tabique. A pesar de las dificultades, los ciudadanos se mantuvieron firmes en su demanda de transparencia y justicia en el proceso electoral.
En la Universidad Nacional Abierta, en San Bernardino, los ciudadanos también exigieron ingresar para participar en la verificación, pero se toparon con malos tratos por parte de los encargados del lugar y la llegada de al menos 20 colectivos para amedrentarlos. A pesar de las dificultades, los venezolanos siguen firmes en su lucha por un proceso electoral justo y transparente.
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