La venezolana Karem González capturó con su cámara la cotidianidad de Caracas, a 48 horas de unas elecciones cruciales para el país. A pesar de la tensión política, la ciudad muestra signos de normalidad. En las calles, la gente se toma su café y come arepas con tranquilidad, mientras que los comerciantes prefieren no emitir comentarios sobre los comicios.
Las vallas publicitarias en las avenidas principales promueven el voto por el actual presidente, Nicolás Maduro, mientras que las consignas de la oposición son escasas. En Petare, una de las zonas más vulnerables de la capital, la gente hace cola en los bancos y se aglomera en las terminales de transporte, pero no se ven compras nerviosas en los supermercados.
En los centros comerciales, las tiendas están abiertas y hay flujo de personas, aunque el temor a represalias mantiene a muchos ciudadanos alejados de las encuestas y de identificarse como partidarios de algún candidato. La incertidumbre sobre el futuro de Venezuela se palpa en el ambiente, pero la vida sigue su curso en las calles de Caracas.
Mientras tanto, los partidarios de la oposición, como Edwin Guerra y Kevin, expresan su determinación de votar el domingo por un cambio en el país. A pesar de las dificultades y los temores, la fe en un futuro mejor para Venezuela sigue viva entre la gente.
La situación en otras zonas de la ciudad, como Chacao y Quinta Crespo, también es de relativa normalidad, con calles llenas de gente y tráfico pesado. Sin embargo, la avenida Bolívar está colapsada por el tránsito vehicular y la gente se muestra reacia a hablar o dar su opinión sobre las elecciones.
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