En 2023, la población de Japón experimentó su decimoquinta caída anual consecutiva, con una disminución de más de medio millón de personas en comparación con el año anterior. Los datos oficiales indican que la población sigue disminuyendo, ya que los jóvenes japoneses son cada vez más reacios a casarse o tener hijos, desalentados por las perspectivas laborales sombrías y el alto costo de vida.
El año pasado, Japón registró un mínimo histórico de 730.000 nacimientos y 1,58 millones de defunciones, un récord en ambos casos. Según las cifras gubernamentales, la población de Japón era de 124,9 millones el 1 de enero. Sin embargo, la presencia de residentes extranjeros ha aumentado en un 11%, lo que ha impedido una mayor caída en la población japonesa. Por primera vez, este grupo superó los tres millones, representando casi el 3% de la población total.
El envejecimiento de la población también es una preocupación creciente en Japón, ya que el país tiene el mayor porcentaje de personas mayores de 65 años en el mundo. Se espera que la población continúe disminuyendo hasta alcanzar los 120,7 millones de habitantes en 2029, lo que representa una pérdida de más de cuatro millones de personas en comparación con la población actual.
Este envejecimiento de la población ejerce presión sobre el gobierno japonés para que proporcione servicios sociales a un mayor número de personas. A medida que Japón busca desempeñar un papel más activo en la contención de China, es importante tener en cuenta los desafíos demográficos y económicos que enfrenta el país.