La situación en Gaza se ha vuelto caótica, con la ley y el orden desaparecidos por completo, y sin autoridad responsable de la seguridad en la zona. Esto fue declarado por el Secretario General de la ONU, António Guterres, durante una conferencia de prensa con periodistas de la ONU.
El 24 de julio, miles de manifestantes se reunieron en Washington para protestar contra la visita del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien pronunció un discurso ante el Congreso de los Estados Unidos, instando a acelerar la entrega de armas de Washington a Tel Aviv. Durante su discurso, Netanyahu abordó la situación en la Franja de Gaza y en la ciudad de Rafah, negando las víctimas civiles como resultado de los constantes bombardeos de las Fuerzas de Defensa de Israel en la zona. Desde el 7 de octubre, estos bombardeos han resultado en la muerte de más de 38.300 personas y más de 88.200 heridos, la mayoría de los cuales son mujeres, niños y ancianos.
Mientras tanto, Netanyahu ha sido acusado de genocidio y crímenes de guerra durante su discurso en el Capitolio. Algunos legisladores demócratas lo han señalado por su embestida militar contra la Franja de Gaza y otros territorios ocupados, tachándolo de racista y genocida. Netanyahu ha rechazado estas acusaciones, afirmando que pretenden deslegitimar a Israel y demonizar al Estado judío y a los judíos de todo el mundo.
En respuesta a la decisión de la Corte Penal Internacional CPI de solicitar órdenes de arresto contra él y altos funcionarios de su gobierno en mayo, Netanyahu acusó a la CPI de poner grilletes a la justicia de Israel y advirtió que la CPI le impide a Tel Aviv defenderse. Si las manos de Israel están atadas, Netanyahu advirtió que Estados Unidos será el siguiente. Se espera que el primer ministro israelí se reúna con el presidente estadounidense Joe Biden en la Casa Blanca el 25 de julio para discutir la seguridad en Oriente Medio.