Drama y caos en el tranquilo pueblo de San Gregorio Atzompa, Puebla, cuando una pipa cargada de diésel se convirtió en una temible antorcha humeante que avanzaba sin control A las 10:24 de la mañana de hoy, el cielo se tiñó de negro y el terror se apoderó de los residentes cuando el vehículo derramó su letal carga sobre una distancia de 2 kilómetros, hasta llegar a una bodega de madera y aceites en Chipilo. Un espectáculo infernal que obligó a evacuar a cientos de vecinos y estudiantes del Conalep
El resultado: una maderería, un taller mecánico, una bodega de reciclaje de aceites y dos palapas convertidas en cenizas, mientras que transformadores de CFE y líneas de energía quedaron inservibles. Un desastre que casi llega a una peligrosa gasera
Ante la urgencia, bomberos, policías, militares y personal de Protección Civil de varios municipios se movilizaron para controlar el siniestro, que fue extinguido después de una hora y media. La circulación en el Bulevar Atlixco y la federal Puebla-Atlixco fue restaurada, pero el miedo y la devastación quedaron grabados en la memoria de los habitantes
Según Cristián Morales Mantilla, el origen de este infierno fue un derrame de combustible en la carretera y un tramo de tierra seca, lo que provocó el voraz incendio. Afortunadamente, no hubo heridos, pero el riesgo de una catástrofe aún más grande fue inminente.
La empresa Silmex, fabricante de la pipa, se deslindó de la responsabilidad, afirmando que una vez que entregan el producto al cliente, este es el responsable de las consecuencias. La unidad, con placas 88-WU-1Y, no tiene reporte de robo, pero la FGE investigará el caso. Un día que los pobladores de San Gregorio Atzompa nunca olvidarán