Han pasado casi 18 años desde que un niño de tan solo 12 años, Ramón Ignacio González, también conocido como Ramoncito o Moná, salió de su hogar en Mercedes, Corrientes, con destino a la escuela y desapareció Su caso conmocionó a la nación y ahora ha vuelto a la memoria debido a la desaparición de Loan Danilo Peña.
Ramoncito fue encontrado muerto en un cruel ritual satánico, víctima de una siniestra secta que lo torturó y descuartizó. Este crimen abominable sacudió los cimientos de la pequeña ciudad de Mercedes, que cuenta con solo 60.000 habitantes.
El fiscal general del Poder Judicial de Corrientes, César Sotelo, ha declarado recientemente que este tipo de delitos son raros en la provincia, con solo tres casos denunciados en la década de 1990 y el de Ramoncito en 2006. Diez personas fueron encontradas culpables de homicidio triplemente calificado por haberse cometido con ensañamiento, alevosía y con el concurso de dos o más personas en concurso real con el delito de abuso sexual con acceso carnal y con el delito de privación ilegítima de la libertad.
La investigación reveló que Ramoncito fue elegido por una serie de características físicas, personales, etarias y familiares que se detallaban en un libro de magia negra. El grupo que lo asesinó tenía distintos niveles de organización, desde dirigentes hasta ejecutores, y se formó con el objetivo de obtener poder político y económico a través de rituales mágicos religiosos.
La testigo clave en el caso, una mujer de identidad reservada, detalló los pasos previos al ritual que incluyeron ataques y abusos no solo a Moná, sino también a otros menores. El macabro ritual incluyó abusos, degüello, escalpelado del cráneo, grabado de estigmas en la materia ósea y extracción de vértebras.
La captura de los secuestradores y ejecutores del crimen fue el resultado de varios allanamientos y pericias en las casas de los sospechosos. Daniel Alegre, el autor material del crimen, fue el único que logró evadir el primer proceso judicial, pero fue capturado en Córdoba en 2015 y condenado a la pena máxima.
En marzo de 2023, González, que en el momento del crimen tenía 17 años, recuperó la libertad. La Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó sin efecto una decisión del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes, que en 2011 lo había condenado.