En el fascinante universo del deporte, a menudo resulta difícil establecer límites entre las funciones. Muchos son los atletas que, tras alcanzar la gloria, se convierten en entrenadores, convirtiendo la separación entre ambos roles en una tarea titánica, especialmente cuando se trata de figuras respetadas y veneradas.
Un ejemplo perfecto es el de Diego Armando Maradona, quien lamentablemente se vio consumido por su propia leyenda mientras entrenaba a Argentina. Sin embargo, la situación es diferente en los Países Bajos, donde Ronald Koeman está disfrutando de su segunda etapa como entrenador, después de su polémica salida del FC Barcelona en 2020. La Oranje ha comenzado su andadura en el campeonato con un pie en octavos, gracias a una victoria y un empate.
Koeman, heredero del método Johan Cruyff, también conocido como el ADN Barça, no se aferra estrictamente a este paradigma. Es un estratega con ideas claras, que busca el dominio cuando las circunstancias se lo permiten. Ante Francia, demostró valentía al alinear un once ofensivo, pero también tuvo la habilidad de percibir las dificultades de su equipo y ajustar su enfoque táctico en consecuencia.
Cody Gakpo, jugador de la selección neerlandesa, elogió a Koeman en una entrevista con Mundo Deportivo, afirmando: Es un honor ser entrenado por alguien como Ronald. Sabemos lo que hizo con Holanda como jugador. Pero, en este momento, no nos enfocamos en si es o no una leyenda. La mentalidad de los jugadores está centrada en el objetivo: Queremos ganar este campeonato. Koeman, un técnico exigente y duro, está haciendo méritos al mantener la concentración en el presente, en lugar de en el pasado.
Elogios similares provienen de Denzel Dumfries, quien también habló con Mundo Deportivo sobre su entrenador: Es un gran entrenador, uno de los mejores del país. Es muy claro con los jugadores sobre lo que quiere. Koeman es, antes que nada, un entrenador, y sus credenciales hablan por sí solas. A pesar de las dificultades que enfrentó en el FC Barcelona, su reputación y su legado siguen intactos en los Países Bajos.