Increíble pero cierto Abel Guzmán, el sanguinario estilista que acabó con la vida de su compañero de trabajo en una peluquería de Recoleta, no apela su procesamiento por homicidio. Así lo ha decidido el juez Javier Sánchez Sarmiento, quien ha concluido la investigación de los hechos y ha confirmado que el acusado será juzgado por el delito de homicidio agravado con alevosía en perjuicio de Germán Gabriel Medina.
Pero eso no es todo. El asesino también deberá responder por la privación ilegal de libertad agravada de sus compañeros de trabajo. Guzmán continuará encerrado en el Complejo Penitenciario Federal N°1 de Ezeiza, donde podrá meditar sobre su cruel acción.
Según informa TN, el estilista secuestró a Germán, al dueño del local y a otros empleados. Imagínense Un verdadero acto de terrorismo en el corazón de la ciudad.
Pero lo más espeluznante es que, según un examen mental al que fue sometido, Guzmán sabía y comprendía lo que hacía. No presenta síntomas de alteraciones psicopatológicas de tipo psicótico ni demencial. Un auténtico monstruo andaba entre nosotros
Guzmán, el asesino del peluquero, fue capturado después de más de dos meses prófugo. Los detectives de la Policía de la Ciudad lo encontraron escondido en una casa de Moreno, gracias a la delación de un vecino.
La tensión en la peluquería Verdini había comenzado en una conversación de WhatsApp, donde el dueño recordó que el uso de formol estaba prohibido. Guzmán se negó a acatar la orden y el dueño lo advirtió en un video: Prohibido usar formol. Pero Guzmán no cejó en su actitud y cuestionó al dueño: Por qué esperaste tanto tiempo para poner claro tantas cosas.
La discusión terminó en tragedia. Guzmán acabó con la vida de Germán Medina, el colorista de la peluquería. Un final trágico para una disputa trivial. La justicia deberá hacer su trabajo y castigar a Guzmán por su crimen atroz.