Increíble pero cierto La UNAM, una de las instituciones educativas más prestigiosas de México y reconocida mundialmente, se encuentra en el ojo del huracán debido a una problemática que paraliza el Colegio de Ciencias y Humanidades CCH en su plantel de Naucalpan.
La máxima casa de estudios del país ha mostrado su voluntad de dialogar y encontrar una solución a la crisis, especialmente en lo que respecta a la seguridad de los universitarios. Sin embargo, un pequeño grupo de encapuchados, aproximadamente una docena de individuos, se niega a abandonar las instalaciones de la Dirección General del CCH, impidiendo que se lleven a cabo negociaciones y rechazando las propuestas de la UNAM.
La Universidad ha lamentado este comportamiento ilegal y ha pedido a los implicados que eviten acciones que enturbien el clima y retrasen el proceso de alcanzar acuerdos. Mientras tanto, estudiantes del CCH Naucalpan han bloqueado la avenida Insurgentes Sur, exigiendo a las autoridades que tomen medidas contra la violencia y los grupos porriles.
La situación es aún más alarmante si consideramos que alrededor de 2 mil 500 estudiantes que concluyeron su ciclo escolar en el CCH Naucalpan corren el riesgo de no obtener su pase automático a la UNAM, mientras el plantel permanece tomado desde el 17 de mayo. La Dirección Escolar del CCH Naucalpan ha solicitado en reiteradas ocasiones que los estudiantes liberen las instalaciones para llevar a cabo la ceremonia de graduación de los alumnos del sexto semestre.
En resumen, la UNAM, una de las joyas de la educación mexicana, se enfrenta a un desafío sin precedentes que afecta el futuro de cientos de jóvenes. Es crucial que las partes involucradas encuentren una solución pronta y pacífica para garantizar la seguridad y el éxito académico de los estudiantes. No podemos permitir que un reducido grupo de personas ponga en riesgo el futuro de nuestra comunidad universitaria