Terror en Palma La Policía Nacional pone fin a la ola de robos a mano armada cometidos por dos jóvenes sin escrúpulos. Un español de 20 años y un dominicano de 21 fueron arrestados y ya se encuentran entre rejas, acusados de atracar a dos grupos de jóvenes con un revólver.
La pesadilla comenzó el pasado domingo, alrededor de la medianoche en Son Rapinya. Los maleantes, en moto y con cascos, asaltaron a la primera víctima sobre las 23.50 horas. Tres desafortunados jóvenes que conversaban amistosamente en un banco fueron sorprendidos por los sospechosos, quienes mostrando el arma de fuego, intimidaron a las víctimas y les robaron todo lo que llevaban, incluyendo documentos, tarjetas bancarias y tres teléfonos móviles. La violencia no terminó ahí, pues a una de las víctimas le arrancaron una cadena del cuello, dejándole moretones y arañazos.
Pero la pesadilla no terminó ahí. Menos de 20 minutos después, los criminales repitieron su fechoría en el mismo barrio, esta vez contra tres jóvenes más. Una vez más, los delincuentes se acercaron en moto, armados y con los cascos puestos, intimidando a las víctimas y robándoles sus teléfonos móviles.
El Grupo de Atracos de la Policía Nacional se hizo cargo del caso y, tras una minuciosa investigación, logró identificar y detener a los dos sospechosos. Ambos fueron acusados de dos delitos de robo con violencia e intimidación. El primero fue arrestado el pasado martes y el segundo el miércoles.
Pero la historia no acaba aquí. Resulta que los dos sospechosos ya habían sido detenidos hace dos semanas como presuntos autores de un robo con violencia e intimidación en la zona de Playa de Palma, de madrugada. En aquella ocasión, los delincuentes abordaron a un turista y lo tiraron al suelo con la maniobra conocida como mataleón, robándole el teléfono móvil tras dejarlo aturdido. Cuando huían, fueron sorprendidos por una patrulla policial que los detuvo in fraganti.
La Policía Nacional también llevó a cabo una entrada y registro en el domicilio de los sospechosos, incautando diversos efectos y un revólver detonador. La justicia ha hecho su trabajo y los dos jóvenes ya se encuentran tras las rejas, donde deben permanecer por mucho tiempo.