Increíble pero cierto Hace seis años, una joven mochilera británica de 21 años, Grace Millane, fue asesinada en Auckland, Nueva Zelanda, por un individuo sin escrúpulos. Grace había llegado a Nueva Zelanda en noviembre de 2018 con el objetivo de explorar y vivir aventuras en el país insular del suroeste del Océano Pacífico. Sin embargo, sus sueños se convirtieron en una pesadilla cuando conoció a Jesse Kempson a través de Tinder.
Jesse, de 26 años y con una contextura maciza, ya tenía un historial de agresiones, incluyendo el abuso sexual a otra turista británica ocho meses antes de conocer a Grace. Pero ella desconocía su pasado y pensó que sería una compañía agradable para celebrar en las vísperas de su cumpleaños. Pero qué equivocada estaba
El 1 de diciembre de 2018, Grace se reunió con Jesse y pasaron la noche bebiendo y riendo en varios bares de la ciudad. Después de las 21:40, se dirigieron al hotel CityLife, donde Kempson vivía. Las últimas imágenes de Grace con vida fueron tomadas por una cámara de seguridad cuando entraron a la habitación de Kempson, la número 308, en el tercer piso.
Esa noche, Kempson asfixió a Grace hasta matarla mientras ella luchaba por su vida. Después del crimen, el asesino buscó en internet cómo deshacerse del cuerpo y tomó fotos de su cadáver. Al día siguiente, compró una maleta y metió el cuerpo de Grace dentro, luego lo llevó a los bosques de Waitakere y lo enterró.
La desaparición de Grace desató una ola de preocupación entre sus familiares y amigos, y casi una semana después, su cuerpo fue encontrado en la maleta en los bosques. Kempson fue arrestado y acusado de asesinato.
Durante el juicio, la defensa alegó que la muerte de Grace fue accidental durante un juego sexual, pero los resultados de la autopsia y las pruebas en su contra llevaron al jurado a declararlo culpable. Kempson fue sentenciado a cadena perpetua con un mínimo de 17 años de cárcel.
La muerte de Grace dejó un gran vacío en la vida de sus padres, David y Gillian Millane, quienes declararon: Grace era nuestra luz y la extrañaremos para siempre. La entonces primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinta Ardern, se disculpó con la familia de Grace y dijo: Su hija debió estar segura aquí, y no lo estuvo. Lo lamento.
Tres años después del juicio, Gillian Millane dijo en una entrevista con la BBC: Grace tenía un futuro tan brillante y se lo quitaron a ella y a nosotros. Nunca veré a Grace en un vestido de novia o veré a los nietos. Esta es una cadena perpetua que tengo. Pero hay una luz y la encontré. Tienes que encontrar esa fuerza interior.