El París Saint-Germain dijo adiós, entre lágrimas y desazón, a su estrella Kylian Mbappé en un domingo amargo y lleno de incertidumbre. El delantero francés, autor de un gol en la derrota de su equipo por 1-3 ante el Toulouse, se despidió entre el silencio cómplice del club y la indiferencia hacia su salida.
Un adiós que llega en una temporada convulsa para el PSG, con la llegada de Luis Enrique y una inyección de fichajes en verano, pero sin el éxito esperado en Europa. Una temporada en la que el equipo parisino ha navegado con comodidad en la liga doméstica, pero ha vuelto a fracasar en su intento de conquistar el viejo continente.
El partido, en el que Luis Enrique dio descanso a muchos de sus titulares, se convirtió en un triste escenario para la despedida de Mbappé. El Toulouse, con un juego agresivo y valiente, se adelantó en el marcador y se hizo con el control del partido, dejando al PSG sin respuesta y sin capacidad de reacción.
La segunda parte comenzó con el PSG buscando el empate, pero sin éxito. El Toulouse, con un juego vistoso y efectivo, se adelantó en el marcador y sentenció el partido en el tiempo de descuento. Un final amargo para el PSG y una despedida triste para Mbappé, que no pudo dejar París con una victoria y con el cariño de su afición.
El partido también marcó la despedida de Keylor Navas, el portero costarricense que ha dejado una huella imborrable en el club y en sus aficionados. Un adiós que no tuvo el homenaje que merecía, pero que será recordado por todos los que han tenido el privilegio de verlo jugar.
En definitiva, un domingo triste y lleno de incertidumbre para el PSG y sus aficionados. Un adiós que deja un sabor amargo y una sensación de vacío en el corazón de todos los que han disfrutado de la magia de Mbappé y Keylor Navas.