Cinco años después del espeluznante asesinato del jardinero Miguel Alejandro Pereyra a manos del escribano Ricardo Ignacio Baladía, finalmente se ha dictado una sentencia justa Baladía, de 57 años, ha sido condenado a 18 años de prisión por el crimen cometido en plena pandemia, en mayo de 2020.
El cuerpo descuartizado de Pereyra, de 42 años, fue encontrado en varias partes a orillas del Río Luján, en el popular recreo El Colonial de Morón. La víctima había sido engañada por Baladía, quien le mostró supuestas pruebas de un robo menor que nunca fue comprobado, y le prometió recompensas si devolvía los objetos supuestamente robados.
Baladía, conocido por su actitud presuntuosa y su hábito de reclutar a personas vulnerables para sentirse poderoso, había acusado previamente a Pereyra y a su esposa de un robo menor. Sin embargo, las verdaderas motivaciones que llevaron al escribano a cometer semejante atrocidad siguen siendo poco claras.
El juicio reveló que Baladía había hecho insinuaciones sexuales a la esposa del jardinero y había estado bajo tratamiento psiquiátrico en el pasado. El asesino intentó sin éxito argumentar que estaba bajo emoción violenta en el momento del crimen.
La víctima, un hombre trabajador y corpulento, había sido engañada por Baladía, quien le prometió recompensas si devolvía los objetos supuestamente robados. Baladía, de complexión menuda y con una afección que lo hacía caminar con renguera, convenció a Pereyra de volver a trabajar con él, a pesar de las advertencias de su esposa.
El crimen ocurrió el 12 de mayo de 2020, cuando Baladía pasó a buscar a Pereyra en su BMW 528 plateado con la excusa de hacer una reparación en la oficina. Allí, a traición, le clavó un cuchillo cerca del corazón y lo mató. Después, desmembró el cuerpo y lo ocultó en unas valijas, intentando lavar los rastros del crimen con una hidrolavadora que le había comprado a la víctima.
La sentencia de 18 años de prisión es una condena justa y acorde a la ley, según el abogado de la viuda, Claudio Cerquetti. La familia de Pereyra también está conforme con el veredicto. Finalmente, después de cinco años de espera, se ha hecho justicia por este crimen espeluznante y sin sentido.