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Óscar Yael García, un joven estudiante de Derecho en la FES Acatlán, se convirtió en una trágica víctima de un enfrentamiento entre grupos de porros en el Colegio de Ciencias y Humanidades CCH de Naucalpan. Óscar había acudido a recoger a su hermano menor, pero las circunstancias le jugaron una cruel broma. La turba lo sorprendió y, en un intento desesperado por huir, cayó al suelo y sufrió un paro cardiaco. Los medios reportan que no presentaba lesiones graves, pero el pánico y la angustia lo llevaron a su trágico final.
El enfrentamiento, que involucró a presuntos miembros de grupos porriles de diferentes instituciones de educación media superior, dejó un saldo de ocho personas detenidas y un estudiante muerto. La UNAM ha denunciado que estos ataques violentos, que parecen buscar desestabilizar a la universidad, se han convertido en una práctica recurrente en los planteles escolares.
La comunidad universitaria exige un alto a la violencia y a los embates provenientes del exterior. La UNAM ha demandado a las autoridades una mayor coordinación para vigilar los alrededores de los planteles y proteger a los estudiantes. Mientras tanto, los padres de familia de los alumnos del CCH Naucalpan han manifestado su preocupación y exigido a las autoridades educativas un incremento en la seguridad en los entornos escolares.
Este trágico evento ha dejado una herida abierta en la comunidad universitaria y ha puesto en evidencia la necesidad de tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad de los estudiantes. La muerte de Óscar Yael García no debe quedar en el olvido y debe servir como un llamado de atención para que las autoridades tomen medidas concretas para prevenir y sancionar estos actos de violencia.