
El tráfico ilegal de flora y fauna silvestre en México ha encontrado en las redes sociales y plataformas digitales un terreno fértil para su expansión. Aprovechando el anonimato y la falta de regulación, los responsables ofrecen especies exóticas y productos derivados, como plumas, garras o pieles, a través de grupos cerrados de Facebook o cadenas de WhatsApp.
Ante esta situación, la Profepa ha publicado una guía dirigida a la ciudadanía, con el objetivo de detectar y reportar estas prácticas ilegales. El documento advierte que el comercio suele producirse en espacios privados, con anuncios que incluyen imágenes de animales o sus restos, acompañados de frases crípticas como entrega inmediata o solo interesados. Los vendedores utilizan palabras clave, tales como exóticos o legalizado, con el fin de otorgar apariencia de legalidad a sus actividades.
La guía detalla los ejemplares y productos que deben ser reportados, entre los que destacan loros, guacamayas, monos, felinos, cocodrilos, orquídeas, pata de elefante o peyote, así como partes y derivados, ya sean productos no transformados, como astas o pieles, o subproductos, como accesorios o calzado. Asimismo, se debe prestar atención a las especies cuya venta está completamente prohibida, como mamíferos marinos, tortugas marinas, psitácidos y primates de distribución nacional, debido a que su comercio constituye una infracción grave.
Para detectar publicaciones sospechosas, se recomienda tomar una captura de pantalla o anotar el enlace directo, así como el nombre o usuario del vendedor, la fecha y la red social. La denuncia puede presentarse a través del portal web, correo electrónico o redes sociales de la Profepa, y se garantiza el anonimato y confidencialidad. No obstante, no se especifica qué ocurre con las denuncias una vez presentadas ni cuántos casos han sido sancionados.
Entre 2015 y 2022, en México, se aseguraron 127 mil ejemplares silvestres, de los cuales se desconoce el destino del 97%, equivalente a unas 123 mil 290 unidades. Además, en al menos 487 ocasiones, los ejemplares fueron abandonados en el lugar donde fueron hallados, bajo custodia de los posibles responsables de delitos ambientales.
El tráfico de vida silvestre no solo atenta contra los animales sino también contra los ecosistemas, la salud pública y la legalidad ambiental. Concienciar y denunciar son pasos importantes, pero se requiere aumentar el personal especializado, agilizar los procesos legales y fortalecer la colaboración con plataformas digitales para desarticular redes delictivas.
Es fundamental reforzar el control digital, pero también capacitar al personal de las diversas entidades federales encargadas de monitorear internet y emprender acciones legales. Como sociedad, denunciar es un primer paso, pero corresponde a las autoridades garantizar que cada reporte vaya seguido de acciones concretas y eficaces para combatir este flagelo.,