
La historia del narcotráfico en México está inevitablemente ligada a los jefes de los cárteles que han traficado enormes cantidades de droga. Uno de estos capos que aún es recordado es Nazario Moreno, uno de los fundadores de La Familia Michoacana, y cuya imagen ha sido divinizada en la esfera criminal del país. En esta edición de Archivo Criminal, exploraremos quién fue realmente este narcotraficante y por qué es tan venerado.
Nazario Moreno nació en 1970 en Apatzingán, Michoacán, en una familia que vivía en la pobreza extrema. Su infancia estuvo marcada por el trabajo duro y la lucha por sobrevivir. Según un artículo de la UNAM, Moreno comenzó a trabajar a una edad temprana como vendedor de periódicos y agricultor para ayudar a su familia. También disfrutaba jugando a la lucha y las pistolas con su hermano en su tiempo libre. Sin embargo, un incidente en el que fue acusado de robar un burro y castigado públicamente marcó su infancia y, según los expertos, contribuyó a su elaborado mito heroico.
Moreno comenzó su carrera como narcotraficante después de mudarse a California, Estados Unidos, donde se dice que traficó droga a través de la frontera y se relacionó con altos mandos del Cártel del Milenio. Según los informes, fue uno de los comandantes originales de esa organización criminal que impulsó la guerra contra Los Zetas en Michoacán. Moreno también es acusado de ser responsable de vender mariguana en Palo Alto, California.
A su regreso a México, Moreno se ganó el alias de El Más Loco por su ideología de que la fuerza y el valor sin importar la seguridad personal eran la clave para llegar al poder. Estas cualidades lo ayudaron a fundar su propio cártel, La Familia Michoacana, después de comenzar a cultivar marihuana en parcelas en Michoacán. Moreno promocionó la idea de que La Familia Michoacana era una organización que hacía una labor social por encima del tráfico de drogas. Sin embargo, la realidad era muy diferente, ya que el cártel estaba involucrado en secuestros, violaciones, robos, extorsiones, tráfico de drogas y asesinatos.
A pesar de su imagen pública como un benefactor de la comunidad, Moreno fue acusado de estar involucrado en una serie de actos vandálicos y criminales. Sin embargo, entre sus seguidores, Moreno siempre será recordado como alguien que ayudó a los más necesitados, construyó escuelas e iglesias en Michoacán y hizo donaciones a grupos vulnerables.
Moreno fue asesinado en un enfrentamiento armado con las fuerzas federales mexicanas en 2010, aunque su cuerpo nunca fue encontrado. Esto llevó a rumores de que el narcotraficante seguía vivo, y su leyenda solo creció con el tiempo. Su imagen fue divinizada por sus seguidores, quienes lo veneran como un santo y han construido capillas en su honor en Michoacán.
Aunque Nazario Moreno nunca fue canonizado por la Iglesia Católica, su imagen ha sido adoptada por los narcotraficantes y algunos ciudadanos como un símbolo de esperanza y alegría. A pesar de que su leyenda ha sido criticada por promover la violencia y el narcotráfico, su historia sigue siendo una parte importante de la historia criminal de México.,