
En 1995, Joaquín El Chapo Guzmán, en ese momento encarcelado en el penal de máxima seguridad de Puente Grande en Jalisco, insistía en reunirse con sus dos esposas: Griselda López y Alejandrina Salazar. Estas visitas eran parte de sus demandas mientras estaba recluido.
Griselda, la primera esposa de Guzmán Loera, sería años después acusada por la agencia antidrogas de Estados Unidos de facilitar el tráfico de drogas de su marido. Posteriormente, en 2012, fue añadida a la lista negra del Departamento del Tesoro. Incluso, llegó a entregarse a las autoridades estadounidenses en busca de protección.
La carrera criminal de Griselda comenzó en la década de 1980, cuando se casó con Guzmán Loera. Dos de sus hijos, Ovidio y Joaquín Guzmán López, siguieron los pasos de su padre en el negocio del narcotráfico.
En 1995, cuando El Chapo fue encarcelado en Puente Grande, Dámaso López Núñez, quien era subdirector de Seguridad y Custodia del penal, ayudó a que su compadre pudiera recibir visitas de ambas esposas, algo que oficialmente no estaba permitido. López Núñez se aliaría más tarde con El Chapo.
En 2012, Griselda fue designada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos bajo la Ley Kingpin, que combate a los capos de la droga, al considerarla clave en los negocios ilícitos de su marido.
Después de la captura de El Chapo en 2014 y su posterior extradición a Estados Unidos, donde fue sentenciado a cadena perpetua, el Cártel de Sinaloa se quedó sin líder y pronto surgió una nueva célula conocida como Los Chapitos, liderada por los hijos de Guzmán Loera.
Según información de Estados Unidos, los hijos de Griselda, Ovidio y Joaquín Guzmán, se encuentran actualmente en ese país bajo proceso y a punto de firmar acuerdos de culpabilidad, lo que les permitiría convertirse en informantes y recibir beneficios penitenciarios y de otro tipo. Esto incluye a Griselda y a otros familiares que han buscado refugio en Estados Unidos debido a la guerra entre Los Chapitos y los hijos de Ismael Zambada García, conocido como El Mayo.
En resumen, Griselda López Pérez, la primera esposa de Joaquín El Chapo Guzmán, desempeñó un papel clave en los negocios ilícitos de su marido y ha sido sancionada por las autoridades estadounidenses. Tras la captura y extradición de El Chapo, dos de sus hijos con Griselda, Ovidio y Joaquín, se involucraron en el tráfico de drogas y actualmente se encuentran en Estados Unidos, donde están por firmar acuerdos de culpabilidad. Griselda y otros familiares también se encuentran en ese país, buscando refugio de la violencia en México.,