
Todos los días, Diego Roda se levantaba antes de que el sol apareciera para ir a su verdulería en Ituzaingó. El pasado 12 de septiembre de 2016, Diego, de 38 años, había acelerado su salida de la casa de su suegra, en la calle El Delta al 2300, para llegar temprano a su trabajo y reanudar su rutina. Su esposa, Virginia Tueso, de 34 años, llevaba en brazos a Pedrito, de solo 12 días de nacido.
Esa noche, mientras Diego conducía por Brandsen y Belén, alguien se le acercó con un arma y comenzó a dispararle. Un segundo hombre también armado, se tiró al suelo y también comenzó a disparar. Diego y Virginia se agacharon, pero no pudieron evitar las balas. Cuatro impactaron a Diego y uno a Virginia en una mano. Pedrito estaba ileso.
Diego logró conducir unos 200 metros más, pero se desmayó con el volante en punto muerto. Murió por el disparo en el pecho, indicó la autopsia. Virginia gritaba desesperada. Diego fue llevado a un hospital cercano, pero los médicos no pudieron salvarlo. Virginia tenía un balazo alojado entre el panel y la chapa de la puerta del auto.
En un principio, se dijo que Diego había sido asesinado por delincuentes que habían robado una camioneta y habían sido perseguidos por la policía. Pero en 2019, se descubrió que Diego había sido asesinado por policías en servicio. Diego murió creyendo que le habían querido robar el auto. Virginia solo se enteró tres años después que su marido era, en realidad, víctima de un caso de gatillo fácil.
Fernando Grané, de 31 años al momento del hecho, y Gerardo San Miguel, de 35, ambos policías bonaerenses, fueron detenidos en 2021, acusados de ser los autores del crimen. Grané ya había sido exonerado de la Bonaerense y cumplía prisión domiciliaria por haber baleado a un joven durante una discusión de tránsito en 2017. San Miguel también fue detenido y acusado de ser cómplice del crimen.
La mamá de Diego, María del Carmen Peche, lucha contra la impunidad y la corrupción policial para lograr justicia por el asesinato de su hijo. Ella misma describe la pesadilla que vive desde hace nearly 9 años. Los abogados de la familia Roda tuvieron que reclamar la intervención de la Fiscalía General porque ni la comisaría de Villa Elisa ni los peritos respondían a las citaciones.
En septiembre del año pasado, ocho años después del crimen de Diego, llegaron las primeras condenas: en un juicio abreviado, la oficial Camila Pazos fue sentenciada a tres años de prisión condicional por encubrimiento agravado, falso testimonio y falsedad ideológica. Días más tarde, el excomisario Daniel Pérez y el exmiembro de la Policía Local Maximiliano Ramos recibieron penas de tres años de prisión en suspenso e inhabilitación para ejercer cargos públicos. También fueron condenados dos civiles, Alejandro Salomón y Johana Vukman, a dos años de prisión en suspenso. Ninguno de los cinco está preso.
El juicio principal contra Grané y San Miguel está más cerca. Grané tiene una imputación por homicidio calificado, mientras que al segundo se imputa una tentativa del mismo delito. El debate iba a comenzar el 17 de febrero, pero Casación accedió a un pedido de Grané para ir a un juicio por jurados. El TOC N°4 estará a cargo del juicio técnico a San Miguel. Él aportó un teléfono que revela algunas cuestiones que comprometen a Grané. Todavía no sabemos el contenido, pero es muy probable que haya información que revele cómo,
