El campeón invicto de las últimas cuatro temporadas de la Premier League, el Manchester City, se encuentra en una profunda crisis tras una serie de lesiones y contratiempos inesperados. El equipo de Pep Guardiola ha sufrido cuatro derrotas consecutivas, una situación sin precedentes que ha dejado perplejos a los aficionados y a los propios jugadores.
La última derrota, frente al Brighton, ha dejado al City en una situación de desconcierto y confusión, difícil de asimilar para un equipo acostumbrado a ganar. El ambicioso goleador Haaland, determinante en las victorias del equipo, no ha podido evitar la caída en picado del equipo.
La crisis comenzó con las lesiones de los dos líderes del equipo, Rodri y De Bruyne, lo que ha desestabilizado a una plantilla con sus referencias e identidad muy marcadas. El equipo ya no ofrece la misma autoridad y recursos que antes, y se le echa en falta la presión física y el dinamismo que mostraba en su hegemonía incontestable.
La derrota frente al Brighton ha permitido al Liverpool distanciarse en la clasificación, y Guardiola ha pedido a sus jugadores que luchen por no perder el título por dejadez. El capitán, Kyle Walker, también ha pedido a la plantilla más coraje y actitud para superar este momento.
El problema emocional del equipo es básicamente de motivación, y Guardiola debe resolverlo con urgencia para evitar que la crisis se prolongue. Los próximos partidos de selecciones y los días de descanso pueden ser una oportunidad para que el equipo recupere la confianza y la motivación perdidas.
Sin embargo, la Premier League de este año se presenta como una de las más disputadas y difíciles de los últimos tiempos, con una gran igualdad en la zona media y una lucha feroz por los puestos europeos. El Manchester City debe esforzarse al máximo para salir del túnel en el que se encuentra y recuperar el terreno perdido en la clasificación.,