La pequeña ciudad de Mariano Acosta, en el partido de Merlo, sigue de luto y conmocionada por el fallecimiento de Julio Fioroni, un hombre de 39 años que perdió la vida a causa de una brutal paliza propinada por un grupo de vecinos en un episodio lleno de confusión. Mientras su familia demanda justicia, el barrio se encuentra desconcertado por el trágico final de este hombre.
El ataque ocurrió el 12 de octubre, luego de que Fioroni, quien atravesaba una profunda crisis emocional y luchaba contra la adicción al alcohol y las drogas, experimentara un brote psicótico y comenzara a correr por las calles del barrio en busca de ayuda.
Según su familia, Fioroni entró a una casa pidiendo auxilio, pero fue recibido con violencia por un joven, lo que lo desorientó aún más. Asustado, saltó un paredón para refugiarse en la casa de otro vecino, pero en su lugar, fue brutalmente atacado por un grupo de personas.
La hermana de Fioroni, Bibiana, aseguró que cuando los vecinos lo vieron, en lugar de ayudarlo, lo atacaron sin piedad. La investigación está a cargo de los fiscales Hugo Ravizzini y Matías Rappazzo, quienes intentan esclarecer cómo un episodio de confusión terminó en un linchamiento.
Los resultados de la autopsia confirmaron que Fioroni murió por asfixia mecánica, probablemente estrangulado con una manguera. Se cree que entre cuatro y seis personas participaron en el ataque, pero ninguna ha sido identificada oficialmente, por lo que no hay detenidos.
La familia de Fioroni ha pedido prudencia y ha evitado difundir la foto de los presuntos asesinos en las redes sociales, ya que desean que la justicia siga su curso. Sin embargo, la investigación se enfrenta a un gran obstáculo, ya que la única cámara de seguridad en la cuadra no grabó el incidente, lo que dificulta el esclarecimiento de los hechos.
El 21 de octubre, los restos de Fioroni fueron despedidos en el Velatorio Municipal de Merlo y posteriormente inhumados en el cementerio Santa Mónica de Libertad. Familiares, amigos y vecinos se reunieron para rendirle homenaje y exigir justicia.
Julio Fioroni fue recordado como un hombre querido y padre de tres hijos, que trabajó durante más de 13 años como chofer en Transportes Unidos Merlo. Sin embargo, después de su separación y el deterioro de su salud mental, perdió su empleo y cayó en una espiral de problemas con el alcohol y las drogas.
Una tía de Fioroni expresó su tristeza y rabia en las redes sociales, y escribió: Le arrebataron la vida con tanta violencia, le quitaron el padre a mi sobrino y el hijo a una madre, como si fueran dueños de la vida, sabiendo que no estaba en su sano juicio. No merecía morir así, con tanta maldad, sabiendo por lo que estabas pasando. Asesinos. Sé que la verdad va a salir a la luz y los culpables van a pagar. Creo en la justicia divina, que tal vez tarde, pero siempre llega.,