En la localidad de Lonquimay, en la provincia de La Pampa, un niño de 10 años accidentalmente le disparó a su amigo con un rifle de aire comprimido, causándole una grave lesión en el ojo. El incidente ocurrió en la vereda de la casa de uno de los menores mientras manipulaban el arma. La policía investigó y determinó que se trató de un accidente, lo que llevó al traslado urgente del niño herido al Hospital René Favaloro en Santa Rosa.
En contraste, hace dos semanas en Quilmes, provincia de Buenos Aires, un niño de la misma edad perdió la vida en un tiroteo mientras jugaba en la vereda de su casa. Thomás Hidalgo Alarcón fue alcanzado por una bala que provenía de una persecución de motos. Los atacantes, de 18 años, dispararon contra otra moto y una bala impactó en el pecho del niño. Lamentablemente, el pequeño murió antes de ser trasladado al Hospital El Cruce, de Florencio Varela. Los sospechosos fueron detenidos después de perder el control de la moto y chocar contra un poste de cemento.
Es lamentable la violencia que se vive en nuestras calles y el impacto que tiene en los niños más inocentes. Es importante tomar medidas para prevenir estos trágicos sucesos y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.,