Han transcurrido tres años desde el trágico asesinato de la bebé Lola Montero, de tan solo cinco meses de edad, quien perdió la vida en medio de un tiroteo en un complejo habitacional de Avellaneda, mientras su madre hacía fila para comprar pan. Los padres de la pequeña, José Montero y Carolina Herrera, han enfrentado innumerables dificultades desde entonces, incluyendo la noticia de que no podrían tener más hijos y la pérdida del empleo de José.
Lola nació el 20 de mayo de 2021 en Dock Sud y fue la sexta hija de José y la cuarta de Carolina. Era su primera niña y, según José, ella se reía mucho. No le conocimos una lágrima. Sin embargo, cinco meses después, su vida fue segada por un disparo que rebotó en una pared y la alcanzó en la cabeza mientras estaba en brazos de su madre.
La familia tuvo que rehacer sus vidas después de la pérdida de Lola, lo que no ha sido una tarea fácil. Además de los problemas económicos que enfrentaron, José y Carolina tuvieron que mudarse de su hogar en el complejo Nicolás Avellaneda, donde ocurrió el crimen, ya que no querían continuar viviendo allí. José, en particular, ha tenido dificultades para regresar al barrio donde creció, ya que le trae recuerdos dolorosos del asesinato de su hija.
La falta de trabajo de José también ha contribuido a su dolor. Después de ser despedido, la familia se quedó sin sustento económico y tuvo que luchar para llegar a fin de mes. Afortunadamente, la llegada de su primer nieto, quien nació un día después del aniversario de Lola, les ha dado una nueva perspectiva y les ha ayudado a seguir adelante.
Ahora, tres años después del crimen, los acusados Iván Amarilla, Hernán García y Mariano Dacosta finalmente van a juicio por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Mientras tanto, la familia de Lola sigue luchando por encontrar justicia y sanar de su dolorosa pérdida.,