En el contexto de la Operación Caribe, la Policía Metropolitana de Barranquilla llevó a cabo la segunda fase de la Operación Odiseo, resultando en la detención de nueve presuntos integrantes del Clan del Golfo. Entre los capturados se encontraba un jefe de zona, su lugarteniente y la encargada de las finanzas. Las investigaciones y la información de inteligencia, junto con la colaboración de fuentes humanas y pruebas técnicas, permitieron identificar a los miembros de esta estructura delictiva que estaba causando disturbios en la localidad Suroccidente de Barranquilla, mediante el tráfico local de drogas, tráfico de armas, extorsiones y otros delitos.
Los miembros de este grupo delictivo están siendo investigados por varios casos, incluyendo los asesinatos de Diego Andrés Giraldo Salazar, conocido como Mala Vida, Joaquín Fernando Olave Díaz, alias Mono Frenillo, el desmembramiento de alias Chuky y al menos otros 10 casos. El origen de este crimen organizado se remonta al actuar delictivo del sujeto conocido como alias Corroncho, uno de los más buscados por la policía por diferentes delitos. Corroncho comenzó su vida delictiva con el hurto de vehículos y luego se convirtió en el enlace del Clan del Golfo para el tráfico de drogas. Sin embargo, los planes de expansión del grupo chocaron con los intereses de Los Costeños, lo que llevó a una confrontación. Corroncho tuvo que huir a Córdoba, pero antes nombró a alias Domingo, un exparamilitar del Bloque Bananero de las Autodefensas Unidas de Colombia, como su sucesor en Barranquilla.
Domingo no actuó solo, sino que contó con la ayuda de Chitín, quien se convirtió en su mano derecha y encargado de la logística, y de alias La Nueve, quien se encargó del tráfico local de drogas y era la encargada del almacenamiento y venta de al menos 500 kilos de marihuana y cocaína al mes. Con la recopilación de pruebas suficientes, la Policía Metropolitana de Barranquilla, en coordinación con la Fiscalía, logró la captura de nueve personas, incluidos Domingo, Chitín y La Nueve. Durante los procedimientos, se incautaron armas, celulares, dispositivos USB y computadoras portátiles. Cuatro de los capturados contaban con medida privativa de la libertad con el beneficio de detención domiciliaria, pero al parecer, continuaban delinquiendo.
Con estas capturas, la Policía Metropolitana de Barranquilla continúa afectando a las estructuras criminales que compiten por el control territorial en Barranquilla, lo que ha generado homicidios, lesiones personales y la comisión de otros delitos.,