La gobernadora de Guanajuato, Libia Denisse García, anunció el pasado 27 de septiembre que Carlos Zamarripa, fiscal general del estado, presentó su renuncia después de 15 años en el cargo. Esta decisión se produce en medio de críticas y resultados deficientes en materia de seguridad, lo que ha llevado a Guanajuato a encabezar la lista de entidades con el mayor número de homicidios en México.
La salida de Zamarripa se produce tras la victoria electoral de García en junio, quien se comprometió durante su campaña a renovar las titularidades de la Secretaría de Seguridad y de la Fiscalía General del Estado. Con un millón 250 mil 109 votos, García se consolidó como la ganadora de los comicios electorales en Guanajuato.
La gestión de Zamarripa como fiscal general del estado ha sido controvertida, ya que los resultados en materia de seguridad no han sido los esperados. Durante su mandato, Guanajuato se ha consolidado como uno de los estados más violentos de la República Mexicana. Incluso, el expresidente Andrés Manuel López Obrador se sumó a las peticiones de su remoción del cargo.
La renuncia de Zamarripa se produce un día después de que se registrara una masacre en Salamanca, donde cinco personas fueron asesinadas durante un ataque armado perpetrado en un anexo. Este hecho se suma a otros episodios violentos que han ocurrido en el estado en los últimos meses.
La organización civil Causa en Común define masacre como el asesinato de tres personas o más. De acuerdo con un análisis de atrocidades realizado a través de reportes en medios de comunicación, de enero a diciembre de 2023 se registraron 447 masacres en México. El conteo realizado por Causa en Común a lo largo de 2023 ubicó a Guanajuato como el estado en el que se registró el mayor número de masacres en el año con 57.
La salida de Zamarripa ha sido necesaria para evitar que escenarios de conflicto entre la gobernadora y un fiscal no designado por ella se sigan presentando. Sin embargo, su salida ha dejado un costo alto, ya que se autoasignó una pensión de lujo y designó a su esposa y su hija en cargos públicos.
En definitiva, la renuncia de Carlos Zamarripa como fiscal general de Guanajuato era necesaria para evitar una mayor ola de violencia en el estado y para dar paso a una persona con la capacidad, experiencia y solvencia moral para mitigar el daño que dejó a su paso.,