Una joven de 13 años sufrió un intento de abuso en la localidad bonaerense de Pontevedra, en Argentina. Los hechos ocurrieron el 30 de agosto por la noche, cuando la madre de la víctima salió de casa para asistir a una reunión. La adolescente se quedó sola con una amiga, quien le pidió que la acompañara a su domicilio. Tras hacerlo, la joven regresó sola por el mismo camino.
Cerca de su casa, un conocido de su hermano se acercó a ella y le pidió que lo acompañara a su hogar para devolverle dinero. La joven accedió, pero el individuo la llevó por un camino diferente y la condujo a un descampado cercano. Allí, el sospechoso intentó abusar de ella, pero la joven se resistió.
La madre de la víctima ha declarado que el agresor golpeó a su hija, le arrancó un diente y le quitó parte de la ropa. A pesar de los gritos de la joven, el sospechoso logró escapar. La policía lo detuvo horas después, pero lo liberó al día siguiente acusado de rapto.
Lo más sorprendente del caso es que, mientras los vecinos denunciaban la agresión y la hermana de la víctima la acompañaba al hospital, el sospechoso llamó al 911 para denunciar un intento de robo. Afirmó que dos hombres le habían pegado para robarle y describió a los falsos ladrones y su dirección de escape.
La fiscalía solicitó una orden de protección para la víctima, ya que el sospechoso vivía a 150 metros de su casa. Sin embargo, la joven tuvo que convivir con la presencia del acusado durante más de diez días. El 3 de septiembre, los vecinos prendieron fuego a la casa del sospechoso y la investigación se aceleró. El 9 de septiembre, se ordenó su detención y se lo acusó de los delitos de rapto y homicidio agravado en grado de tentativa calificado por ser contra una mujer.
La víctima deberá declarar en Cámara Gesell para confirmar su versión de los hechos. Su abogado ha declarado que la carátula del caso deberá cambiarse a abuso.