Hace casi dos décadas, un hombre llamado Luis Fernando Iribarren, también conocido como el carnicero de Giles, cometió una de las matanzas más espeluznantes de Argentina. Fue condenado en 2002 a prisión perpetua por asesinar a su familia entera. A pesar de estar encarcelado en el penal de Lisandro Olmos, en La Plata, Iribarren logró escapar y estuvo prófugo durante más de diez días. Finalmente, la Policía Federal lo capturó en Santiago del Estero mientras paseaba con su perro en Villa Atamisqui, a 121 kilómetros de la capital santiagueña.
Iribarren había viajado desde Buenos Aires en un Peugeot 504 y había sido visto conduciendo en una ruta de Santa Fe. Gracias a estas pistas, el personal de las Brigadas de la PFA pudo dar con su ubicación y arrestarlo.
Antes de su encarcelamiento, Iribarren era visto como un hombre normal y amable por sus conocidos y compañeros de estudios en el Colegio Nuestra Señora de Luján. Sin embargo, los peritos psicológicos que trabajaron con él en el juicio lo describieron como una persona narcisista, omnipotente y paranoica.
La masacre de Giles ocurrió en 1986, cuando Iribarren asesinó a su padre, madre, y dos hermanos de 15 y 9 años, respectivamente. Más tarde, en 1995, Iribarren se hizo cargo de cuidar a su tía Alcira mientras se recuperaba de cáncer. Sin embargo, después de un tiempo, Alcira desapareció y su cuerpo fue encontrado con dos hachazos en la cabeza. Iribarren confesó haber matado a su tía para poner fin a su sufrimiento, pero los investigadores sospecharon que había algo más cuando Iribarren mencionó que no había tenido el coraje de dispararle a mi tía con el arma.
Tres meses después, los investigadores encontraron los cuerpos de la familia de Iribarren enterrados en una fosa común en una casa de campo en San Andrés de Giles. Los restos de su hermana menor aún estaban abrazados a un osito de peluche.
Iribarren fue recapturado en Santiago del Estero después de haber estado prófugo durante más de diez días. Ahora tendrá que enfrentar las consecuencias de sus acciones atroces una vez más.