Un nuevo asesino se suma a la lista de fugitivos de la justicia en Argentina. Se trata de Amanda Alves Ferreira, quien cumplía una condena a perpetua por el asesinato de su expareja, Eduarda Santos de Almeida, en febrero de 2022. Alves Ferreira, quien en ese entonces se hacía llamar Fernando, fue capturada después de perpetrar el crimen y confesó ser la autora de los disparos que le quitaron la vida a Santos de Almeida.
Durante el juicio, Alves Ferreira solicitó ser nombrada como Amanda y ser juzgada por un jurado popular, lo que le fue concedido. Sin embargo, el pedido de evitar una condena por femicidio fue rechazado y recibió la pena máxima por el crimen cometido.
Alves Ferreira estuvo encarcelada en el Penal III hasta el 7 de agosto de 2022, cuando logró escapar por los techos de la prisión. La fuga fue espectacular, ya que Alves Ferreira desenfundó un arma y disparó contra los guardias para evitar ser capturada. Una vez afuera, se subió a un auto azul y su paradero es desconocido hasta el día de hoy.
El Servicio Penitenciario y la Policía de Río Negro han llevado a cabo diferentes operativos para dar con su captura, pero sin éxito. Se han aplicado controles en las rutas y en puntos de acceso a la ciudad, se ha dado alerta a Migraciones y controles fronterizos, pero aún no hay novedades sobre su paradero.
La justicia también ha abierto una investigación para determinar cómo Alves Ferreira pudo circular por el patio de la prisión en un horario no permitido y con un arma en su poder.
Amanda Alves Ferreira no es el único asesino que ha logrado escapar de la cárcel en Argentina. En 2020, Mariano Leonel Balasteguín, quien fue condenado a 16 años de prisión por el asesinato de una adolescente embarazada en una pelea entre bandas en Mar del Plata, también se fugó el mismo día que fue condenado.
Balasteguín había sido liberado después de pasar 26 días en la alcaidía 44 de Batán, ya que la Justicia determinó que no existía riesgo de fuga o de entorpecimiento de la investigación. Sin embargo, el acusado no se presentó a la última audiencia del debate y desde entonces se encuentra prófugo.
Otro caso similar es el de Lino Ademar Moreno, quien cumplía prisión perpetua por el asesinato de una productora rural en Salta en 2006. Moreno había solicitado salidas transitorias bajo el argumento de tener una conducta ejemplar en la cárcel, pero la fiscalía y la querella se opusieron. Sin embargo, el Tribunal de Juicio de Orán accedió a su pedido, lo que permitió que Moreno se fugara en junio de 2021.
Estos casos de fugas de asesinos condenados ponen en evidencia las fallas en el sistema penitenciario argentino y la necesidad de tomar medidas para garantizar la seguridad de la sociedad.