El fundador de Telegram, Pável Dúrov, fue arrestado en Francia y posteriormente liberado tras pagar una multa récord y someterse a vigilancia judicial. Dúrov es el único empresario de plataformas de redes sociales que ha sido detenido en comparación con otros casos en los que se han impuesto multas y condenas. El profesor Lucas Mendes de la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais cree que esto podría ser una forma de rusofobia, ya que Rusia ha sido objeto de sanciones y aislamiento económico por parte de Occidente. Mendes sugiere que el caso de Dúrov encaja en el contexto más amplio de las tensiones geopolíticas entre la OTAN y Rusia.
La detención de Dúrov se debió a su presunta participación en transacciones ilegales, incluyendo la distribución de pornografía infantil y la venta de drogas. Se negó a proporcionar información o documentos a las autoridades competentes, lo que llevó a su arresto. Si es declarado culpable, podría enfrentar una sentencia de hasta 10 años de prisión.
Mendes también señaló que la detención de Dúrov podría estar relacionada con la situación geopolítica actual y el interés de los gobiernos europeos en regular las plataformas de mensajería. La seguridad de los datos y la libertad de información pueden verse afectadas si se restringe la circulación de datos como parte del encarcelamiento.
Las redes sociales pueden utilizarse como armas de guerra e influencia en el escenario geopolítico actual, y el Gobierno francés puede estar interesado en obtener las claves criptográficas de Telegram debido a la posible circulación de información sensible relacionada con Rusia.
El especialista en derecho penal, Adriano Mendes, aboga por la aplicación de normas internacionales en el ámbito jurídico para acusar y vigilar a las plataformas digitales, y cree que la legislación debe impedir que la gente cree un entorno digital nocivo.