El ex narcotraficante mexicano Osiel Cárdenas Guillén, originario de Matamoros, Tamaulipas, fue liberado el pasado 30 de agosto en los Estados Unidos, luego de cumplir una sentencia de 14 años en el penal de USP Terre Haute, Indiana. Cárdenas Guillén, quien también es conocido como El Matamigos, El Loco o Padrino, fue capturado en 2003 en México y extraditado a los Estados Unidos en 2007, donde se declaró culpable de cargos relacionados con tráfico de cocaína y marihuana, lavado de dinero y amenazas contra un agente de seguridad.
Osiel Cárdenas Guillén, de 64 años, nació en una familia de agricultores y abandonó la escuela secundaria para dedicarse a diferentes trabajos, incluyendo lavar platos y ser mesero. Sin embargo, su vida tomó un giro hacia el crimen organizado cuando comenzó a vender drogas como narcomenudista en un taller mecánico. Con el tiempo, heredó un negocio de tráfico de drogas de su hermano Antonio Cárdenas Guillén, que ya contaba con cadenas de distribución en varias ciudades de los Estados Unidos.
Cárdenas Guillén reclutó a al menos 31 antiguos soldados de las Fuerzas Especiales de México para actuar como agentes de seguridad, quienes estaban entrenados con armas inaccesibles para la mayoría de sus rivales narcotraficantes. A pesar de su origen humilde, el ex líder del cártel del Golfo llegó a ser uno de los narcotraficantes más poderosos de México.
En cuanto a su vida personal, Osiel Cárdenas Guillén se casó a los 19 años con Celia Salinas Aguilar y tiene al menos tres hijos, incluyendo a Osiel Cárdenas Salinas, también conocido como El mini Osiel, quien también se encuentra preso en los Estados Unidos.
Aunque Cárdenas Guillén fue liberado en los Estados Unidos, en México aún tiene varias acusaciones en su contra relacionadas con el crimen organizado y tráfico de drogas. Será el gobierno estadounidense el que determine si deportará al ex narcotraficante o permitirá su estadía en ese país con libertad supervisada.
Cabe mencionar que, en 2010, Cárdenas Guillén se disculpó por los errores que había cometido y dijo estar arrepentido durante una audiencia en la corte federal en Brownsville, Texas, donde recibió una sentencia de 25 años de prisión, de los cuales cumplió 14 gracias al tiempo ya cumplido en México y por buen comportamiento en prisión.