La conexión secular entre Sogamoso y los Llanos Orientales, especialmente Casanare, se remonta a la época prehispánica. Durante siglos, los sogamoseños han cruzado la cordillera en busca de plantas medicinales, animales exóticos y productos comerciales en los Llanos. Estos viajes no solo tenían propósitos comerciales, sino también culturales, ya que los sogamoseños llevaban regalos a las tribus de los Llanos como parte de su particular forma de trueque.
Existen varias rutas que conectan Sogamoso con Casanare, incluyendo la Ruta Libertadora y la ruta que atraviesa Mongua, Labranzagrande, Nunchía y Paz de Ariporo. Estos caminos han sido utilizados durante siglos, incluyendo el transporte de voluminosos troncos de guayacán desde los Llanos hasta Sogamoso, donde se utilizaron para construir el Templo del Sol.
La relación entre Sogamoso y Casanare no solo se limita al comercio y la cultura, sino que también tiene una historia compartida en la lucha por la independencia. Durante la Revolución Comunera de 1781, varios pueblos de Casanare se unieron a la causa sogamoseña, y en la Campaña Libertadora de 1819, muchos llaneros se unieron al ejército Libertador.
La historia de Sogamoso también está entrelazada con la de Casanare en la figura de los esposos Romualdo Eslava y Estefanía Neira, quienes tenían un taller de fabricación de ropa para los patriotas en Casanare. Cuando el ejército realista descubrió esto, Estefanía Neira fue fusilada en la Plaza de la Villa en Sogamoso.
La relación entre Sogamoso y Casanare también se refleja en la cultura y la tradición. La ganadería ha desempeñado un papel importante en esta relación, con los primeros bovinos que ingresaron a Casanare en 1661 desde las haciendas jesuitas en el altiplano cundiboyacense. La mano de obra indígena y mestiza fue utilizada para el transporte de estos animales a través de los caminos indígenas, incluyendo los que pasan por Sogamoso.
La modernización y la tecnología han cambiado muchas cosas en Sogamoso y Casanare, pero la conexión histórica y cultural entre las dos regiones sigue siendo fuerte. Se dice que la carne a la llanera se prepara mejor en Sogamoso que en el mismo Llano, y que se pueden escuchar más joropos y pasajes en los medios de comunicación locales que en muchos municipios de Casanare. A pesar de la invasión de ritmos modernos, la cultura y la tradición llaneras siguen siendo apreciadas y preservadas en Sogamoso.